No habrá mayor tristeza y decepción que quitarse la venda de los ojos, justo cuando empezaba a reír, aceptar que el mundo no es tan feliz, y que lo sueños mas revisados son los mas dificultosos, que todo se resume a una insignificante figura rutinaria, sin valor ni forma, dentro de esa forma se dibuja tenue el paisaje menos extraño, que mantuvo prisionero por años a la ilusión, una pequeña figura, ese soy yo.
Me veo ridículo pero con tristeza, como quisiera poner abrazarme, todavía confuso busco no resignarme, grito la desolación cada 5 minutos, y repito el canto "por favor, por Favor", es tan largo el camino que repetir la historia es tan absurdo como mirar atrás.
En mi pecho golpeado de ácidas emociones, vuelve a nacer a veces la tranquilidad, trato de aprovecharme de ella, y ahí van los primeros pasos seguros esta vez, medio dormido finjo una sonrisa, es la que vez todos los días al amanecer, pero en esa sonrisa también esta la cólera dormida golpeando mi mandíbula, golpeando a la vez mis pasos torcidos.
Al mundo no le importa tus sueños y aventuras, no le interesa leer tu desesperación, no te extiende favores, no te da la mano para seguir, caprichosamente mas se anima por joderte de una vez.
renunciar al juego resulta ser lo mas inteligente, y si nos llaman cobardes es porque aun están al otro lado del puente, al otro lado donde lo oscuro es claro, y los días en noches se convierten, pues para tomar tal afamada decisión, lucidez y valentía habría que tener, resulta pues por fin, la renuncia a este juego sin pudor amante del sufrimiento, la mayor virtud, mi mas grande tesoro, que gracias a ese dios que siempre menciono, poseo aun.
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