martes, 4 de noviembre de 2008

Declaratoria sin Oratoria de mi Amor

Lo amargo del recuerdo, es saber que nunca mas te volveré a tener, no existe aquel futuro en el que tu confías, ese que dices que buscara nuestro reencuentro complacido, cansado de buscar y buscar caminos abiertos, ya pronto caigo molesto en amable resignación, hasta esta llega pronto a mi encuentro, cómplice también, del extraño humo, que siempre nos quiso separar.

Lo dulce del recuerdo, es cuando me tumbas con tu sonrisa bella jadeante en la demostración, tu amorosa mirada de estrella, cuya luz estoy seguro aun alumbra el rincón lleno de telarañas; los días sin terreno, que angustiados andábamos patinando en alegría, los trabajos de equipo, siempre cómplices, sabíamos que pensábamos con solo mirarnos, sabíamos que nos íbamos a morir de este amor.

Llegó a ser tan fuerte y poderoso, que disueltos de vergüenza vaticinábamos al infinito como marcador de nuestro tiempo juntos, desafiamos a dioses vivos y muertos a que su realidad, esta realidad no nos detendría, desafiamos a la naturaleza cuando levantamos el dedo medio a la desglaciacion, siempre seguros de no importarnos absolutamente nada mas que lo nuestro.

Llegó a ser tan fuerte y poderoso, porque fue tan solo un corto tiempo, fue cuando llegamos a cúspide de la pasión, enfermos de nosotros mismos, no descansamos de saborear nuestros cuerpos dulces y salados, que hoy duermen amargos de no estar juntos otra vez, y sabes que esta vez será para siempre.

“Me encanta sentir tu piel húmeda, pegada a la mía” decía la princesa llena de rosas en la cabeza, el príncipe que para ella solo era un duende disfrazado, silencioso y embaucado de impresiónante belleza, accedía a los ritos mas extraños de amor. Aun cuando complacidos, inventaban a estrategia dulces conflictos, el príncipe encantado de inmediato admitía el error, solo querían celebrar la reconciliación.

Me encanta sentir tu piel húmeda, es el himno que todos los días escucha el príncipe que deambula triste, por el contrario camino de su amor, la princesa con la vista perdida se da por vencida de tanta presión de los reyes, los reyes que no existían, ella decide no seguir mas, busca consuelo sin remedio a disfrutar, solo quiere recordar lo bueno, y acabar con esta historia donde el amor no basta.

El mundo termina junto a los árboles, siendo testigos de fuerza, ellos no querían ver el final, pues ellos saben que estando sus dos almas gemelas, solas deambulando parsimoniosas, tarde o temprano invictos y puros de su amor regresaran por lo único que valía la pena, el amor.

Esta historia termina, sin variaciones cotidianas, en el cajón del olvido, que empolvado disimula su presencia en los años, todos esperan que cuando aya que renovar las partidas, al abrir este cajón, ya no hayan lagrimas que derramar, al abrir solo dedicara breves minutos en recordar quien fue el príncipe y quien la princesa, ¿fue el príncipe un duende? ¿Se encontraron al final?; eso ya no importa, solo entre risas todos los bellos recuerdos a la basura para siempre caminaran.

Esta composición va dedicada a mi pobre corazón, que de consuelo no termina de ver a la creación algo nuevo con que enfrentar, esta desafinada situación. A la mujer que supo provocar gigantes torbellinos llenos de felicidad, presumidos arcoiris de emociones diarias y hermosos mares de color. Y por las nubes que acompañan al sol dibujado y clavado a la pared, que ella ve todos los días al despertar, que dice que “ eres mi sol”



Una Buena Cancion :) para recordar